viernes, 2 de noviembre de 2012

Cuando te digo que te quiero

Cuando te digo que te quiero el cielo se encoge en mis manos,
buscando expandirse dentro de mí, retorciéndome las tripas;
cuando te maúllo los gatos se pasean intranquilos en sus callejones,
como si no entendieran que te maúllo porque ya no puedo dejar de hacerlo,
y hay un figura casi ausente susurrándome
lo horrible que resulta no encontrarte en cada sueño.
Cuando te digo que te quiero no encuentro las palabras adecuadas,
y las postales que te escribo se me pierden entre la pornografía,
y el traqueteo impasible del tren me lleva siempre a la misma estación:
cariño, aún tengo miedo, te quiero te quiero te quiero.
Porque es verdad que te quiero,
rodeado de este mundo de gatos y tejados,
de perenne oscuridad en cada uno de los rincones que me canso de no mirar,
de vinilos rayados que ya no sé si escuchar o romper o quemar,
de mañanas por la mañana en las que ya no hay trabajo,
y resulta más fácil soñar con el futuro.
Cuando te digo que te quiero me esfuerzo en que te recorra un escalofrío,
para disimular mi propio e incesante temblor,
y existir fuera de mi propio universo hace que tiemble acurrucado,
esforzándome en recorrer el camino,
porque cada día no pasa nada que no haya soñado,
y esa es la única magia, la única verdad, las únicas palabras:
te quiero.

lunes, 29 de octubre de 2012

Te quiero

Esto es un plagio de mí mismo, pero llevo meses queriendo escribir esta entrada. Desde el día que la publiqué disfrazada no he dejado de pensar en ella. Esta eras tú, sin más palabras que las palabras que escribimos, sin más vida que la vida que vivimos. Y este era yo, absolutamente enamorado.

Esto es lo que debería haber sido, lo que es hoy y lo que será mi vida. Mi declaración de amor falsa hoy es un poquito más sincera, pero... la idea es imperturbablemente la misma: sus tres últimas frases.


Te quiero porque ayer me puse zapatillas de diferentes colores, y te habrías reído. Te quiero por tu pelo corto y marrón. Te quiero por las cenas, por el cigarro de las diez y media. Te quiero por luchar hasta que no quedan fuerzas. Te quiero por rendirte tan pronto. Te quiero bajo todas las formas posibles, en la sorpresa y la enfermedad, en el trabajo. Te quiero perder de vista, sólo para reencontrarte. Te quiero. Te quiero por enfadarte y llevarme la contraria, por discutir conmigo. Te quiero por provocar, por emocionarte e indignarte, por la vuelta del viaje y la ruleta rusa. Te quiero por abrir camino, por las canciones, por las películas. Te quiero porque escucho tu voz cuando escribes. Te quiero porque el saludo inconsciente se ha convertido en una tara. Te quiero cuando te avergüenzas de mí, y te quiero aún más cuando me avergüenzo yo de ti. Te quiero. Te quiero cuando miras mi guitarra y piensas "¿por qué?". Te quiero, y te diría "por si acaso te escribo una canción". Te quiero por obsesión, por inalcanzable, por alcanzada. Te quiero por hacer la cama, y por las ganas de deshacerla. Por los desayunos sin hambre, y las comidas a deshoras. Te quiero por aparecer de vez en cuando, haciéndome la vida un poco más fácil. Te quiero porque juré que siempre lo haría. Te quiero porque prometí que no lo haría. Te quiero por mentirme, por llorar, por la cara que pusiste al reencontrarnos. Te quiero porque te gustan R.E.M. y el Joker. Te quiero porque fuiste la primera, y seguramente la última. Te quiero por negarte. Te quiero por decir que sí. Te quiero. Te quiero cuando duermes, cuando dormías. Te quiero porque cocinas, por burlarte de mí cuando cocino. Te quiero por pervertida, por la luz y la oscuridad. Te quiero por no tener miedo a nada. Te quiero por olvidarte de las cosas importantes, y recordar los pequeños detalles. Te quiero por tu falda, por la forma de sentarte, por tus zapatillas desgastadas. Te quiero. Te quiero. Te quiero.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Todo es culpa mía

Todo es culpa mía,
las ideas buenas, las geniales, las horribles;
las palabras mal escogidas,
el tropiezo, el peor momento.
Todo es culpa mía,
las cosas que hago sin pensar,
las cosas a las que doy mil vueltas,
las cosas que no hago.
Todo es culpa mía,
desde la palabra al abrazo,
las terrazas a las que me asomo
y las bofetadas que me rompen los besos.
Todo es culpa mía,
los recuerdos que me guardo y me queman,
los milagros que dejo escapar,
la vida cada día.
Todo es culpa mía,
y no consigo deshacerme de ella,
y me pudre los sueños y las noches,
y te hace llorar algunos días.
Todo es culpa mía,
y jamás dejaré de pensarlo.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Abrázame

Cuando la copa de los sueños está vacía
y miles de abejas jugando
en las tripas me roban las noches.
No me dejes solo que ahora soy tan pequeño
y cuando despierto de una pesadilla nada cambia
todo sigue igual.
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más.
Abrázame, abrázame...
Como una noche de invierno en Noruega
un manto de escarcha,
un corazon desnudo, tortura de vida.
No me dejes solo que ahora soy tan pequeño
y cuando despierto de una pesadilla nada cambia
todo sigue igual.
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más.
Abrázame, abrázame...

Doctor Deseo
Abrázame

miércoles, 25 de julio de 2012

Miedo

El miedo es la palabra,
la duda enroscada en mi garganta:
el miedo a lo que dices y a lo que callas.
El miedo y tan sólo bajar la mirada,
el miedo de los demás ojos, de las lágrimas:
el miedo que corroe mis entrañas.
El miedo ante cada nuevo camino,
ante tan sólo el destino:
el miedo de perderme en el olvido.
El miedo que ya no lleva a nada,
a volver la vista atrás:
a descubrir más miedo en más palabras.
El miedo a cada noche y cada nueva mañana,
el miedo que se retuerce en mi almohada:
la misma pesadilla de madrugada.
El miedo al silencio,
a la conversación,
el miedo a la espera,
el miedo al final.

martes, 17 de julio de 2012

Mi vida en tu vida

Quiero que conviertas mi vida en tu vida,
y que transformes mis días en tus días,
tus noches en mis noches,
quiero encontrar mi camino en tus huellas,
y que tus huellas se mezclen con las mías.
Quiero que conviertas mi vida en tu vida,
y que el mundo se pare a escucharnos respirar,
quiero que todas las camas sean nuestras,
que todas las sonrisas sean tuyas,
y que mi sonrisa salga con la tuya a pasear.
Quiero que conviertas mi vida en tu vida,
y estar en cada lugar en el que has estado,
y oler cada flor que hayas olido,
quiero encontrar la manera de agarrar tu mano,
quiero besarte, perderme contigo.

domingo, 8 de julio de 2012

El mundo

El mundo es de los gatos, me dijo, sonriendo, mientras se iba;
y lo dibujó en tiza amarilla y blanca:
yo lloré, y le dije lo orgulloso que me sentía,
lo mucho que la echaría de menos, lo mucho que la quería.
El mundo es de los gatos, me dijo,
y siento rabia, pero sobretodo pena, de que seamos el enemigo,
y siento rabia, pero sobretodo pena, de no seguir peleando juntos.
Ahora repaso con los dedos sus huellas,
sus últimos nombres escritos a bolígrafo,
sus últimos dibujos y notas, sus últimas canciones, sus pasos,
el sonido de su sonrisa.
El mundo es de los gatos, me dijo, y la creí sobre todas las cosas,
como cuando dice que me quiere y me desea,
como cuando dice que jamás estoy solo:
mañana la vida pierde parte de su sentido,
para reencontrarlo de mil maneras distintas.
El mundo es de los gatos, y maúllan cuando escuchan tu nombre,
y yo ardo, sonrío, sueño, escribo,
el mundo es de los gatos,
y aunque a veces me odia, está aprendiendo a quererme.
El mundo es de los gatos, me dijo, mientras me besaba en el puente,
sobre el río y las leyendas, y las fotografías cobrando vida,
el mundo es de los gatos como tú y como yo,
volviéndonos cien animales distintos para cada ocasión:
durmiendo a tu lado, el mundo es nuestro.

sábado, 30 de junio de 2012

La mayor parte de mí

La mayor parte de mí se excita al verte,
y se ríe a carcajadas cuando te imagina sonriendo,
la mayor parte de mí se enamoró de ti el primer día,
y no se atrevió a mirarte.
La mayor parte de mí se despierta cada día ilusionada,
con la promesa de una nueva mañana a tu lado,
al lado de los leones, los zorros, los lobos, los gatos,
y el resto de palabras que ya son sólo nuestras.
La mayor parte de mí tiene sus ojos fijos en tus ojos,
y se sienta en el suelo, en la alfombra, y te mira embelesada,
la mayor parte de mí no puede evitar escucharte cada noche,
y sonríe cuando te imagina sonriendo,
la mayor parte de mí es poesía, cine, música y tu olor:
el olor de tu piel, de tu pelo, de tus piernas, de tu cuello.
La mayor parte de mí es un universo a tu alrededor,
y está rodeándome, sin dejarme nunca sólo,
y le prometo que nunca te dejará sola,
a la mayor parte de mí... tengo que cuidarla cada día,
tus manos se encargan de tranquilizarla para que duerma:
la mayor parte de mí es lo único que quiero en mi vida.

Una parte de mí

Una parte de mí se despierta cada mañana arrastrándose,
buscando arañar el día, despojándolo de ropa y luz,
para redescubrir los cadáveres, las serpientes,
el reflejo mismo de mis ojos en el espejo:
enrojecidos, insomnes, beatos.
Esa parte de mí se sienta en el suelo y le llora a la luna,
y convierte cada noche y cada fantasma en un mundo,
en mi propio mundo perdido e irreal, que sólo yo toco y siento:
una parte de mí se adueña del todo,
y hace que los lobos sean lobos, y no deseo,
hace que los zorros aparezcan muertos en el suelo,
hace que los gatos... se pierdan en laberintos oscuros e imposibles.
Una parte de mí es tan sólo dolor y vergüenza y miedo,
una parte de mí está clavada muy hondo, muy adentro,
y le prohíbo tu nombre y tus ojos,
le prohíbo atreverse siquiera a mirarte:
tengo que matarla a golpes, deshacerme de ella,
pero esa parte de mí... a veces es lo único que queda.

jueves, 28 de junio de 2012

Lo que dicen

                       “Y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra”.
                       Leopoldo María Panero

Y dicen que llueve por nosotros ...
llueve agua y hierba y sol y miedo,
y dicen que la nieve es nuestra ...
jamás ha dejado de ser parte de mis manos.
En ella he buscado el espejo
que no devuelva mi mirada,
en cada río, en cada lágrima,
en la nieve me perdí para no volver.
Y dicen que tenemos palabras y silencios,
días y noches,
aunque yo ya no distingo unos de otros:
a fuerza de apartar la mirada
dejé que mis ojos se perdieran.
Y dicen tantas cosas,
que ya no escucho nada más,
que ya no encuentro nada más:
cerré mis ojos al viento,
cerré mis ojos al tiempo.

domingo, 24 de junio de 2012

Por favor

                          "El zorro se calló y miró largamente al principito:
                         - Por favor... domestícame. – dijo."


Por favor... domestícame,
por favor, siéntate conmigo, en silencio, y mírame,
por favor, siéntate conmigo y habla,
y no me dejes solo nunca.
Por favor... domestícame,
cógeme de la mano y pósate en mis ojos,
domestícame y que tu piel se acostumbre a mis dedos,
mis labios a tus labios,
por favor... por favor... quédate conmigo.
Por favor... domestícame,
llévame a lugares lejanos, a lugares cercanos,
léeme y escríbeme,
por favor... piensa en mí, como yo pienso en ti.
Por favor... domestícame,
porque me siento solo y perdido,
porque esta vida ya no tiene más sentido,
por favor... domestícame,
para que te mire mientras duermes,
para despertarnos juntos,
por favor... domestícame,
domestícame,
quiéreme, cuídame,
por favor... mantenme a tu lado.

sábado, 23 de junio de 2012

Noches, fuego y humo

Recuerdo ... otras noches, otras vidas ... y todas ellas se vuelven tristes.
Recuerdo estar solo, y no importarme, y fotografiar el fuego sobre los tejados,
sobre la vida, y tu voz escribiéndome.
Recuerdo que soñaba días como los últimos, y creía que serían reales.
Recuerdo... que no me imaginé que pudiera pasar,
que no pensaba que sobreviviría, y ahora tampoco.
Pero las noches siguen pasando,
se han convertido en muchos tipos de vida,
y aunque a veces mis garras sean reales, y te recueste en la cama,
sigo temiendo que todo estalle,
que la vida sea sólo vida, y no nuestros sueños.
Recuerdos que se pudren en fechas inconclusas,
en diarios escritos a sangre y fuego y lágrimas y humo,
recuerdos ... felices ... tristes ... extraños ... increíbles,
el mundo y la historia a nuestros pies,
y la tristeza quiere enredarse en mi esperanza:
... y yo ... yo sigo cuidando de los leones.

Fuego

El barro en mis pasos en el camino, siguiendo tus pasos,
el verde y el agua,
la vida en fotografías,
los sueños escurriéndose con mis lágrimas en tu habitación,
y sé que hay algo intangible en tu mirada,
en la carretera, en el bosque,
en el día en el que todo ardía, yo me consumía lentamente.
El sendero que atraviesa la soledad del pasado y el futuro,
y más agua, y las alturas,
la vergüenza, y el silencio,
algo que todavía trata de encontrar su sitio entre nosotros,
hoy, el día en el que el fuego devora todo lo que me importa
hoy, el día en el que mi piel se asusta entre las dudas,
y reniega del sueño, de la fe, de la verdad:
en el día en el que todo arde, yo todavía me consumo.

miércoles, 20 de junio de 2012

Las habitaciones llenas de zorros

De tanto empujar la tablilla, la metieron hacia dentro, y los gatos se colaron bajo un peldaño, hacia dentro de la escalera.
                              Anabel Bel Bel


Las habitaciones llenas de zorros,
y los zorros cansados de esperar de noche en mi portal,
y los zorros cansados de pasear de noche en tu ciudad,
y los zorros a los que les arrancaron la piel a tiras.
Las habitaciones llenas de zorros,
zorros tristes que se relamen el celo en tus ojos,
zorros cansados de tanta guerra,
buscando tachar ya todos los días de los días que ya han tachado.
Las habitaciones llenas de zorros,
y los gatos ocultándose dentro de la escalera,
dentro de sí mismos,
en el último refugio que les queda sin explorar,
en la última mañana, en la última noche:
y todas las habitaciones llenas de zorros.

domingo, 17 de junio de 2012

El suelo que se abre bajo nuestros pies

Me preocupa el suelo que se abre bajo nuestros pies,
y el instante justo antes de que anochezca,
me preocupa la vida que gira a nuestro alrededor
y la vida que se queda quieta esperando.
Me preocupa el gato que llevas en brazos,
y el color ambiguo de nuestras sábanas bajo la luz,
tus ojos y mis ojos,
tus labios y mis labios,
me preocupan todas y cada una de las palabras.
Siento encontrar la lluvia en el camino de vuelta,
y me preocupan las idas y venidas,
siento que a veces subrayo en estos versos
lagunas y océanos que no existen.
Todas y cada una de nuestras pérdidas,
esta difícil y somnolienta guerra:
no hay nada que no merezca la pena
por verte sonreír.
Y escribo, y sueño, y maúllo,
releo, descubro, pierdo...
me preocupa el suelo que se abre bajo nuestros pies,
jamás me preocuparán los sueños.

Algo

Hay algo en el camino, en la lluvia,
en el miedo que se enrosca en mí
hasta hacerme sentir muerto,
en las noches que ahogan mis sueños,
en la luz bajo la puerta, arrastrándose.
Hay algo en todo este silencio,
en los días que nacen perdidos y se olvidan,
en cada lágrima y cada suspiro,
en la arena de mi reloj.
Hay algo que no puedo escribir,
porque no existen las palabras,
hay algo en tus ojos de invierno,
hay algo en tu sonrisa,
que me recuerda que nos queremos.
Hay algo en nuestra cama,
algo garabateado en nuestros libros,
hay algo en las canciones y en los abrazos,
.......... algo que no dejará de ser nuestro.

domingo, 3 de junio de 2012

Los ases en la baraja

Sólo hay cuatro ases en la baraja, y yo veo muchos más. Sólo hay dos cartas que pueden salvarme, y aún así me empeño en romperlas, buscando el truco, la magia. Me impresiona el esfuerzo en tus ojos, y la palabra temblando en tu mano, en tu garganta. Me impresiona vernos arrodillados, masturbando nuestro celo.

Hoy he desperdiciado cien oportunidades, y he sonreído. Me he preocupado pensando, y he pensado en ti.

Hoy he recorrido mis sueños despierto, acompañado. Hoy he maullado.

Mañana maullará el mundo.

lunes, 28 de mayo de 2012

La niña murciélaga

La niña murciélaga se merendó a Batman un día por la tarde,
en pedacitos pequeños,
la niña murciélaga grita y llora por las cosas por las que hay que gritar o llorar:
yo todavía no estoy enamorado de ella,
pero el Joker la adora.
La niña murciélaga se desgañita mientras la sangre corre por sus venas,
convirtiéndose en veneno,
y su batir de alas ensombrece soles finitos y ordinarios.
Me duele su dolor, y a ella el mío,
y nos pedimos perdón cuando nuestros álter ego sonríen,
y nos aullamos, y aullamos a nuestros miedos,
cuando la niña murciélaga y el Joker queman la noche.
La niña murciélaga lloró dos veces y media un día de verano,
ahora llora muchas más veces,
aunque no siempre la veo,
aunque no siempre lo sabe,
y sus lágrimas importan más que todo el mundo:
cuando escribo no siempre consigo hacer temblar sus piernas,
pero siempre tengo presente su espalda.
La niña murciélaga es la psicópata con la que me acuesto a veces,
es la leona que ruge mis mañanas,
es mi vida que empieza cada día desde dentro de mis entrañas:
la niña murciélaga es la cara oculta de la luna,
es el camino largo, y lleno de suerte que siempre había esperado.
La niña murciélaga no es todo lo que podría ser,
pero podrá serlo,
y quiero pasar los días, las noches, los años con ella;
la niña murciélaga se escapó de mis sueños.

jueves, 24 de mayo de 2012

Historias

Hubo un momento en el que todo estaba perdido,
pero a punto de ser encontrado;
hubo un momento en el que lo que decía era más importante
que el motivo de tus lágrimas:
y juré que siempre sería así.
Hubo un momento
en el que la última chica se convirtió en la primera,
y sobre todo la única.
Hubo un momento en el que fuimos todo lo que se puede ser:
gatos, palabras, miradas y silencios,
hubo un momento en el que el tiempo miró a otro lado,
y nos besamos.
Hubo un momento, y mil momentos más cada día,
en los que todo lo que pasa se convierte en mi vida,
en una vida que no había soñado por miedo.
Hubo un momento en el que dejé de ser lo que era,
y me convertiste en mí mismo a tus ojos,
hubo un momento en el que agradecer y pedir perdón no tenía sentido.
Hubo un momento
en el que me quedaré para siempre:
hubo un momento en que nos dijimos: Te quiero.

Numb

Don\'t move Don\'t talk out of time Don\'t think Don\'t worry Everything\'s just fine Just fine Don\'t grab Don\'t clutch Don\'t hope for too much Don\'t breathe Don\'t achieve Or grieve without leave Don\'t check Just balance on the fence Don\'t answer Don\'t ask Don\'t try and make sense Don\'t whisper Don\'t talk Don\'t run if you can walk Don\'t cheat, compete Don\'t miss the one beat Don\'t travel by train Don\'t eat Don\'t spill Don\'t piss in the drain Don\'t make a will Don\'t fill out any forms Don\'t compensate Don\'t cower Don\'t crawl Don\'t come around late Don\'t hover at the gate Don\'t take it on board Don\'t fall on your sword Just play another chord If you feel you\'re getting bored (I feel numb) (I feel numb) (Too much is not enough) (I feel numb) Don\'t change your brand (Gimme what you got) Don\'t listen to the band Don\'t gape (Gimme what I don\'t get) Don\'t ape Don\'t change your shape (Gimme some more) Have another grape (Too much is not enough) (I feel numb) (Gimme some more) (A piece of me, baby) (I feel numb) Don\'t plead Don\'t bridle Don\'t shackle Don\'t grind (Gimme some more) Don\'t curve Don\'t swerve (I feel numb) Lie, die, serve (Gimme some more) (I feel numb) Don\'t theorize, realise, polarise Chance, dance,dismiss, apologise (Gimme what you got) Gimme what I don\'t get Gimme what you got Too much is not enough (I feel numb) Don\'t spy Don\'t lie Don\'t try Imply Detain Explain Start again (I feel numb) (I feel numb) Don\'t triumph Don\'t coax Don\'t cling Don\'t hoax Don\'t freak Peak Don\'t leak Don\'t speak (I feel numb) (I feel numb) Don\'t project Don\'t connect Protect Don\'t expect Suggest (I feel numb) Don\'t project Don\'t connect Protect Don\'t expect Suggest (I feel numb) Don\'t struggle Don\'t jerk Don\'t collar Don\'t work Don\'t wish Don\'t fish Don\'t teach Don\'t reach (I feel numb) Don\'t borrow (Too much is not enough) Don\'t break (I feel numb) Don\'t fence Don\'t steal Don\'t pass Don\'t press Don\'t try Don\'t feel (Gimme some more) Don\'t touch (I feel numb) Don\'t dive Don\'t suffer Don\'t rhyme Don\'t fantasize Don\'t rise Don\'t lie (I feel numb) Don\'t project Don\'t connect Protect (I feel numb) Don\'t expect Suggest Don\'t project Don\'t connect Protect (I feel numb) Don\'t expect Suggest (I feel numb)


U2

Roto

Roto, y olvidado,
como los pedazos de mi corazón que se han ido perdiendo al viento,
como cada mañana en la que sólo hay luz,
roto, rotas las palabras y el suelo,
roto como las ganas y los excesos.
Resquebrajado, y olvidado,
como mis ojos en invierno,
roto como las llamadas a deshoras, las cenas,
roto en espejos y en cuartos de baño,
roto en mi cabeza y mis manos.
Roto, y hecho añicos,
como las puertas inexistentes de mi casa,
como la sangre que me resbala, azul, por mi cuerpo,
roto como mi mirada en tu mirada,
roto, roto y aniñado desconsuelo.
Arañado en mis entrañas, roto,
y roto también el recuerdo,
roto el futuro gris e incierto,
rotas las horas pasadas, el pasado mismo,
roto e insignificante desconcierto.
Roto, y jamás podrás recomponerme,
roto, y jamás podrás hacer que olvide que me partí,
roto, y jamás seré el mismo:
roto, roto, asustado, perdido.

domingo, 13 de mayo de 2012

Somebody That I Used to Know

Conocí a una chica que se movía despacio y en colores,
una chica que luchaba con monstruos de seis garras,
que arañaban los hombros que yo solía lamer,
dejando un rastro... de sangre y miedo.
Conocí una chica a la que escribí un cuento,
y que se fue convirtiendo en todas las palabras,
que los días de lluvia y sol sonreía en el humo,
conocí a una chica que llevaba el cielo en los ojos:
y el cielo estaba dentro de mí.
Conocí muchas vidas de esa misma chica,
y me enamoré de todas ellas, como de todo lo demás,
conocí unas pisadas inciertas en la hierba del futuro,
y mil nuevas promesas que se deshacían cada mañana,
para reencontrarnos cada noche en llamas.
Conocía a una chica, que me dijo quién era,
y le puso nombre a cada uno de mis miedos,
para poder enfrentarnos a ellos, cogidos de la mano:
para poder mirarme al espejo con ella.
Conocí a una chica que se escapaba de su propio tiempo,
y encontró refugio en mis alturas y en mi silencio,
y convirtió las dudas en milagros por los que agradecer el sol,
convirtió mis canciones en música, mis versos en dibujos,
reunió a todos los gatos, para que me maullaran cuando estuve solo.
Conocí a una chica que consiguió que nunca me comieran los lobos,
a pesar de que nosotros éramos dos más de la manada,
conocí a una chica con la que pude dormir dos noches,
y todas las noches de mi vida:
a veces todavía tengo miedo a perderla.
Conocí a una chica cuya ropa me quería,
y cuidaba de mis manos temblorosas,
y reconocí en ella todo lo que había querido o soñado:
conocí a una chica que me quiere a pesar de todo,
y hoy sólo trato de mantenerla a mi lado.

lunes, 7 de mayo de 2012

Casas

Sentado en el suelo te miro retorcerte,
y aunque me asusto, me excito,
estás desnuda en el sofá, y me sonríes.
Como cuando te agarro por detrás,
y te deslizas en círculos, y arriba y abajo,
y te embisto, y gimes.
Abres puertas, de madrugada,
impidiendo que se escapen los gatos,
dejando que otros entren,
y hace calor, y nos quitamos la ropa.
Hay suelos de cocina, alfombras y sábanas,
hay mantas en los sofás,
madrugadas, mediodías, tardes...
Hay casas ....
hay casas en las que hacemos el amor
contra las paredes y el suelo,
hay días y noches,
hay miradas tristes, desenfreno,
medias, arañazos, espejos:
hay casas que se nos pierden dentro, muy dentro.

el poeta

El poeta fue un asesino en serie, y escribía cartas de amor. Nunca se atrevió a usar el cuchillo, la navaja; recorría las venas de los brazos con su filo, hasta que sentía miedo, y lloraba. El poeta mataba arrojando sus víctimas al olvido, deshaciéndose de ellas, de sus cadáveres, de sus sonrisas.

Nunca quiso vivir en las alturas, por miedo al vacío, por miedo a los paseos al borde del abismo, al viento en su abrigo y a esa voz que le dice cada día: hazlo, hazlo, hazlo. Una y otra vez. Hazlo. Primero un tercero, ahora un quinto. El poeta había arrojado al mar diez mil muertos, diez mil palabras, dos o tres versos.

Había matado el azul cielo, después de que se le escapara dos veces, y ahora estaba solo, cabizbajo, perdido en el negro. Él mismo era ya un recuerdo.

El poeta fue un asesino en serie, había llorado sus pérdidas, conservaba los lápices y los papeles, fotografías, direcciones, museos. Cada nombre era un nombre y un camino, y todos eran dignos de ser transitados, en algún momento.

El poeta dormía, en sueños, y de día afilaba una y otra vez los cuchillos, sabiendo que jamás tendría valor para usarlos. El poeta ya no escribía sus muertos, se dedicaba a llorarlos.

martes, 1 de mayo de 2012

Cosas que no importan

Hay cosas que no importan aunque sangres,
el recorrido de mi lengua entre tus labios,
buscando el beso.
No importa que corras hacia ninguna parte,
ni el sabor de la despedida mintiéndonos,
no importan las canciones.
Hay cosas que vuelven arrastrándose,
hay cosas que se convierten en amasijos de hierro,
hay cosas que se sientan y miran,
hasta que les sangra el recuerdo.
Hay cosas que no importan,
y florecen y mueren en pocos días,
que se oscurecen en mi cuerpo,
que se pierden en tomos antiguos y desordenados.
Hay cosas, simplemente, que no importan,
que se desnudan en nuestros sueños,
que se descalzan y caminan cogidos de la mano,
hay cosas que se encuentran en caminos equivocados.
Hay cosas que resbalan entre la pintura de los meses,
en nombres que creíamos haber olvidado,
hay cosas pequeñas y asustadas que no encontraron su lugar.
Hay cosas que no importan,
pero no somos nosotros.

Deudas

He pagado mis deudas. He pagado con fuego, sangre, lágrimas y dinero. He vendido mi alma al diablo.

Ahora que la soporte él. Yo me quedo contigo.

Mayo y otros meses

Olvidé pedir perdón, pedir permiso. Olvidé palabras, y con ellas su significado a nuestros ojos. Olvidé cosas que nunca había querido aprender, y recuerdo mil olvidos. Me pierdo en el olvido. Olvidé pedir socorro, auxilio. Olvidé los nombres de los meses: febrero, marzo, abriles vencidos. Mayo.

¿Que hay que no sea olvido?. Tú. Tan sólo tú.

domingo, 15 de abril de 2012

Socorro

.................. por favor.

Deshacerlo

Deshacer el mundo, el camino, los sueños,
buscando fotografías de quienes quisiéramos ser,
buscando vídeos de la perversión reflejada en los cuentos:
lamer, llorar, sonreír, escapar, creer.
Deshacer el mundo,
las mañanas, los mediodías, las tardes, las noches,
una nueva hora marcada a fuego en los relojes,
las cuatro y media,
y tan sólo verte dormir.
La espera silenciosa de las palabras equívocas,
el perdón de cada día,
la cruz de cada noche,
el incierto pasado, el recuerdo del futuro:
correr, correr, correr, correr,
deshacer el mundo.

martes, 10 de abril de 2012

Pornografía

"... te fecundaría con un simple pensamiento de amor..."
                                Enrique Bunbury

Arrastrarte a la cama, con nuestro paso de piano amordazado,
mientras nos mordemos los labios,
la piel que se eriza a nuestro paso,
la titilante oscuridad en nuestros ojos y en nuestra boca.
Porque quiero vestirte sólo para arrancarte la ropa,
y quiero desnudarte para que te vistas delante de mí,
hubo sueños en los que te perdí apostando al rojo,
y te reías de rodillas en la limusina.
Sé que hubo cien lagartos más como nosotros,
y ojos de colores de la luna nos observan desde la maleza,
mientras nos arañamos los brazos y las piernas,
entramos y salimos centímetro a centímetro,
en cualquier rincón de la cama, de pie, en el suelo:
susurramos, gritamos, lamemos.
Arrastrarte de nuevo con palabras,
mientras mis ojos se clavan al abismo,
arrastrarte con la mano hasta que acabas,
como dos zorros sentados en la madrugada.
Porque eres el dibujo de mi abril,
su sol y su lluvia en mis sábanas,
y yo mismo me siento lluvia y sol,
y nos siento abril,
somos el aire y la pornografía.

lunes, 9 de abril de 2012

Carnaza

Recuerdo sus gritos y sus lágrimas,
sus ojos vendados, y la garganta enrojecida;
recuerdo sus piernas atadas a la silla,
igual que los brazos, que la espalda,
recuerdo el sonido de los huesos que se quebraban,
de la carne desgarrada;
recuerdo el dolor silencioso,
la pérdida de conciencia, los vómitos,
recuerdo los dedos que se retuercen,
las marcas del cigarro,
la venas, la sangre, las entrañas;
recuerdo la mirada perdida,
el aliento inacabado, los estertores,
la tortura,
el fuego,
el final.

Hélices

Cuando te encontré sentada en mi regazo yo ya me había perdido,
y tus manos eran felices, y yo seguía escribiendo:
aún guardaba pedazos de tu nombre en mis papeles.
Una declaración de amor, un libro abierto,
miedo, palabras, hechos:
todavía sigo escribiendo, tus manos suenan tristes.
Hoy calculo páginas en blanco,
y mi regazo es un cementerio,
las palabras y los hechos son palabras y hechos,
como lo han sido siempre.
Un año que arrastra sus uñas por el suelo,
como aquel entonces,
miedo, miedo, miedo, miedo.

Abril

Abril, que no cambia de ropa ni de piel,
pájaros como palabras muertas que se me caen de la boca,
palabras como pájaros muertos,
como si fueran a morir mañana.
Abril, escrito en pocos y confusos versos,
antiguo filo de mi navaja,
hoy me lloras en silencio, hoy te lloro a gritos:
abril, lagartos, árboles, insectos.
Abril verso y ola contra la roca,
y mis pies temblando en la cornisa,
abril intento fallido y promesa,
antiguas canciones,
abril encogido en mí mismo, en paredes ocres,
en suelos sin fregar.
Abril de abriles vencidos,
mismos incendios,
mismas rayas, mismos colores,
abril que siempre has estado ahí,
guardando la sombra, las sombras, las noches,
esta vez no hay silencio ni alcohol,
abril: solo tú y yo.

sábado, 31 de marzo de 2012

Abril, otra vez

Abril, otra vez. Y no me apetece, no me gusta. Odio mis meses y mis días, llevar la cuenta, encontrar sus colores. Odio mis palabras repetidas, no son mi mundo, mi universo. Son palabras repetidas.

Y no me gustan los nuevos meses, los nuevos años. No hay mucho de nuevo en ellos. Las mismas tristezas, los mismos miedos. Solo y acompañado.

Abril, otra vez. Rebusco en abriles pasados, mayos, veranos, septiembres, navidades. Reencuentro nuevos miedos, recuerdos. Miro las mañanas por llegar, las sábanas, el ruido.

Y no pienso porque no quiero pensar. Porque no queda nada bajo las estrellas, no queda nada del joker. No hay juegos, ni poesía, ni nada más que escupir.

Abril, otra vez.

Creía haberte olvidado.

lunes, 12 de marzo de 2012

El sonido de los días oscuros bajo el sol

El sonido del silencio atenazando mis entrañas,
en la espera, la causa es la derrota,
el sonido de la nada absoluta bajo tus alas,
la sensación de frío, de oscuridad,
la sensación de que el tiempo no pasa, se agota.
El sonido limpio e impoluto de las dos de la mañana,
mientras aúllan las sirenas,
el cántico nocturno de los que están solos y desesperados,
de los que sueñan ebrios otras vidas,
otros colores:
el sonido de todos y cada uno de estos latidos incontrolados,
hasta que se paran.
El sonido de los pasos que no damos,
de la tela que se arrastra por nuestra piel,
el sonido de todos estos nuevos gatos de miradas tristes,
el sonido quedo y ahogado del llanto y la disculpa,
el sonido de levantarse a tirones de la cama y la vida,
el sonido verde anaranjado de la esperanza:
marzo, marzo, por favor, respira.

domingo, 11 de marzo de 2012

Nuevas mañanas de domingo

Nuevas mañanas de domingo en vestidos rojos de flores,
y la luz cálida que lo ilumina todo mientras sonríes al cielo,
y la vida que se me escurre entre relojes de arena,
entre los labios que se lamen, se muerden, se desean.
Nuevas mañanas de domingo en pijamas de franela,
y la sombra difuminada en noches de ojos azules,
en pelo negro muy cortito, en vasos de chupito,
en pies desnudos, en espejos, en sábanas,
en disfraces de colores, cuentos y faldas.
Domingo, otra vez, y desearía que estuvieras aquí,
aquí, y en cualquier otro sitio conmigo,
para que pudieras ver hasta qué punto luce la vida,
hasta qué punto se aceleran mis latidos cuando sonríes,
cómo la última chica ha sido siempre la primera,
cómo cada vez que sueño contigo me besas.
Domingo, anhelante y oscuro,
esperando encontrarte febril, acostada,
en el que pasamos nuestros dedos por nuestra piel,
palabras como plata, chocolate, miel,
palabras envueltas en llamas:
domingos, domingos en la cama.

martes, 6 de marzo de 2012

El reflejo de mis pies en el suelo

Digo que la serpiente y los dragones se enroscan en mí,
y estoy mintiendo:
soy yo quien se enrosca en ellos.
Digo que vengo, y voy, y vuelvo,
y miento: estoy quieto y aterrorizado, respirando.
Juro que he caminado sólo,
y miento: los lobos siempre han estado a mi lado.
Encuentro casualidades que voy descubriendo,
pero en realidad las busco desesperado.
Miento cuando juro que sonrío,
mantengo la mueca del payaso;
digo cosas horribles en silencio,
digo cosas maravillosas a gritos:
digo, digo, digo, digo.
Pido perdón por todos mis pecados,
por lo que hice, por los que quiero hacer,
miento cuando juro que me están curando.
Y sigo enroscándome en la serpiente y los dragones,
sigo buscando la huida en sueños,
y miento si digo que me asomo a la terraza,
miento si digo que no pienso en ello.

Hoy, hoy me deshago de mí.

El estruendo, el llanto quedo,
estos cuervos que florecen en mis árboles de cartón,
esta pesadilla pegada a mi cuerpo,
esta sexy y lujuriosa desesperación,
esta ceguera insomne de mis manos,
volver a acariciar la navaja, el aire, la idea:
esta heroica cobardía de seguir respirando.
Mantener la llama fija,
porque sé que nadie está mirando,
porque ya no queda nadie alrededor:
esta arena cristalizada en mi vaso,
este trago amargo de alcohol.
Mantener estos dos ángeles encadenados,
y ver cómo mis lobos les arrancan esperanza a dentelladas,
demostrar que no hay abismo,
que nosotros somos el abismo:
no nos devolvemos las miradas.
Perder como hemos perdido,
renunciando demostrar que aún perdidos amamos,
que aún doloridos y angustiados podemos sonreír,
en el espejo se nos ha roto la luna:
¿qué queda de ella, gatos?.
Romper lo que queda por romper,
quebrar lo inexistente, lo intangible:
la risa, los recuerdos, las lágrimas.
Todos estos versos que empiezan a ser míos,
toda esta vida que he encontrado y que no sé vivir,
toda esta sangre otra vez en mis manos,
todas las palabras me acusan a mí.
¿Por qué no encuentro ahora versos desordenados?,
caricias que recuerdo en medio de la tempestad,
¿dónde está ahora la mentira y el engaño?,
¿por qué, mi sombra?,
¿cuándo decidiste desertar?.
Abandonar ya toda sensación de lucidez o pulcritud,
reconozco los restos de semen en las sábanas:
las he quemado y siguen ahí.
Como las tibias que partí aquel día,
como aquel penúltimo disparo,
como la tierra que aplasta espíritus antes mundanos:
hoy, hoy me deshago de mí.

domingo, 4 de marzo de 2012

Marzo, aquí

Aquí, en la mirada imperfecta,
la declaración de un moribundo,
exenta de compasión,
recogida en un abrazo.
Aquí, confío en mil nuevas reencarnaciones,
como he hecho siempre,
como aseguraría que hacemos todos,
en nuestras terrazas, fumando.
Aquí, el presente lo es todo,
pero nos nubla el futuro,
nos difumina el pasado:
aquí, las palabras que buscamos,
son "te quiero, te quiero, te quiero".

Las espirales en marzo

Marzo, que se nos cristaliza dentro, muy hondo,
en horas muertas entre humo y televisión,
en ideas fugaces, fotografías, palabras.
Marzo, caído detrás de febrero,
un nuevo bosque esperando arder,
un precipicio de poesía oscura y liberadora,
un torrente de sentimientos.
Marzo, lobos que aúllan dentro, muy hondo,
y marzo, lobos que esperan callados,
aguardando, escondidos, asustados.
Marzo, caótico, aprensivo, enfermo,
recuerdos que se enmarañan, que arañan,
miradas atronadoras, tristes,
marzo en sonrisas.
Marzo, marzo, marzo, muy hondo,
las ganas de sacudir con sexo las entrañas,
desgarrar tela, arrancarte las bragas,
quemar todos y cada unos de nuestros miedos:
marzo, dolor, esperanza.

viernes, 2 de marzo de 2012

La pausa en marzo

Son estos los días que forjan nuestra vida y nuestro futuro.

Los días rojos y oscuros, donde nos vemos tal y como somos, y donde nos refugiamos en ideas que se agolpan en nuestra cabeza. En verdad creo que somos lo que sentimos, que cada golpe deja una huella imborrable y horrible, que nos marca a fuego cada fecha y cada recuerdo.

Creo que aprendemos de nuestros errores, más que de nuestros aciertos. Creo que aprendemos de nuestros miedos, de nuestra tristeza, mucho más de lo que aprenderíamos siendo felices.

Creo que nuestra lucidez, nuestra inteligencia, nace de la experiencias que nos sacuden las entrañas hasta que se quiebra algo, y lloramos.

El mundo, mi mundo, se empeña en que podría deshacerme de mucho dolor. De muchos miedos y preocupaciones.

¿Pero qué, o quién sería yo, si simplemente renegara de parte de mis sentimientos?.

Soy lo que soy, para lo bueno, y para lo malo. Y mucha gente me quiere por ello. Y yo les quiero más.

jueves, 1 de marzo de 2012

Marzo - Prosa

Que trate de hacer lo que hace la gente que admiro, no me convierte más que en una sombra difuminada, los restos maltrechos de lo que odio ser de mí mismo. Y aún así, paso por encima de este mundo que odio y me odia, y me río en su cara como él se rie de mí.

Y lloro desconsolado, cuando mi alma dice basta. Basta, por favor. Y saber que el mundo también llora por mí, no es ningún consuelo.

No debería serlo para nadie.

Marzo

Escribir sin palabras,
hablar sin decir nada,
que los gestos se me pierdan en ganas,
perder todas las batallas.
Beber líquidos transparentes sin más sed que la tuya,
desabrochar los puños de mi camisa blanca,
recorrer la misma maraña de suerte en el alambre,
recordar y recordarte,
buscar una caída exótica para mañana.
Olvidar que no me importa,
oscurecer la llama,
huir de cada lágrima,
pensar, temer, imaginar:
acostarme con esta frialdad que me devora.
Versos, versos, versos,
y canciones que hablan de pérdida y derrota,
cantar con mi voz de perro muerto,
odiar hasta mi propia sombra.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Conciencia

Bajo el fuego,
bajo el incansable rugido de la desesperación,
mil lágrimas de acero,
mil noches lamiendo nuestros miedos.
Y una nueva carroza plateada,
un nuevo episodio incompleto:
llegar a casa, respirar, bajar la mirada.
Bajo las estrellas,
un ritual nocturno,
desgarrar hilo a hilo esta miserable razón,
ir perdiendo la música,
correr, huir, tropezar, caer:
i just believe in me,
yoko and me.
Bajo este aliento derribado en sueños,
y la oscuridad que se revuelve en nuestros ojos pudriéndose a la luz,
bajo estes tristes y torpes versos:
je t ' aime moi non plus.
Bajo estes techos de madera que hoy sí he acabado,
bajo esta barandilla sujeta al abismo,
bajo este febrero encharcado en sangre y enfermedad:
bajo todo esto me levanto cada día,
tan sólo para entender,
tan sólo para vivir, contigo, mi vida.

domingo, 26 de febrero de 2012

Domingo, otra vez

Domingo, otra vez
y la luz que entra por mi ventana no alumbra nada,
nada absolutamente,
pero sí lo hace tu recuerdo.
Y la tarde, y la noche,
se van entre intervalos de sueños,
entre períodos de dos o tres horas,
en los que me asomo al mundo,
y el mundo está vacío.
Domingo, otra vez,
y mantengo mis manos agarradas a la esperanza,
que se ríe de mis uñas pintadas,
que encuentra divertido mi propio abismo,
y tengo miedo del miedo,
y tengo miedo del silencio,
tengo miedo de haberme perdido.
Domingo, otra vez,
y espero a que el día se enturbie en diferentes tonos,
espero no haber asustado a los gatos,
no romper su independencia:
espero no perder la confianza que une nuestros lazos.

lunes, 20 de febrero de 2012

Recuerdos

Recuerdo tus manos en el pasadizo,
la lluvia en nuestro tejado, resbalando por tu mirada,
la luz que nos cegaba y el fuego,
recuerdo haber escondido las palabras,
los ladridos de los perros,
recuerdo haber encontrado oro en tus entrañas.
La promesa que rompimos,
y el desasosiego de encontrarse perdido,
el grito y la culpa,
la música en nuestros oídos:
canciones en francés, susurros, maullidos.
Recuerdo haberte hecho el amor cada noche,
y despertar bajo el sol abrazados,
recuerdo soñar contigo, dormir contigo,
entre tus labios, tus piernas,
entre tu piel y tu pelo:
recuerdo muchas más cosas de las que hemos vivido.

domingo, 19 de febrero de 2012

Hogares

Hay algo en ese rincón olvidado por tu mirada
que se escapa lentamente cada día, y cada noche,
algo pequeño y asustado, entre el mundo y el frío:
un hogar de palabras infinitas,
un paseo entre las ojeras.
Hay, posiblemente, cien instantes para recordar a cada paso,
en cada momento de pérdida y hastío,
hay caminos ocultos y joyas imperecederas,
unas manos, un disfraz, una sonrisa;
hay mañanas de domingos sangrientas y esquivas:
hay preguntas y respuestas,
hay caricias,
y existe una luz que no sólo calienta e ilumina,
que no sólo impide que vuelva a ser de noche:
existe una llama indestructiblemente débil
en la que refugiarse cuando el huracán se vuelve calma;
sé que hay unos ojos que se adaptan,
sé que unas medias no significan nada,
sé que mil millones de regalos no cambiaran mis palabras:
te quiero,
lo siento,
gracias.
Hay unas sábanas tiradas en el suelo,
y olor a café en la terraza,
hay distintas formas de imaginar el cielo:
para mí todas ellas se reducen a un vestido y sus zapatos,
a risa incontrolable y meláncolica,
a ojos que se van convirtiendo en maullidos y arañazos.
Siento golpear a veces con sueños nuestros miedos,
siento imaginar lugares que no encuentro,
hay una huella imborrable para cada uno de nuestros pasos,
y nuestros pasos nos han llevado aquí,
a una sensible y mágica guarida de lobos,
dónde tan sólo tratamos de ser lo que somos:
animales, personas, versos, fotos.
Y siento que tu espalda sigue siendo la espalda dónde duermen mis versos,
y siento que en tus ojos he encontrado mis sueños,
las palabras, la vida, el deseo, el tiempo,
el humo, las canciones, los abrazos:
dos gatos fumando en nuestro tejado.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Llévame

                  "... no dejes la esperanza,
                   sin tí, me doy por vencido..."

Llévame

Llévame, me dijiste, agarrando con fuerza mi mano,
por favor, llévame.
Y sentí de cerca tus prisas, tu ansia, tu enfermedad,
y me dejé llevar yo mismo,
abrumado por las circunstacias, por los gritos.
Llévame, por favor, por favor,
y mordí mis labios hasta hacerlos sangrar,
y entrelacé nuestros dedos, nuestra vida:
llévame, no volvamos jamás.

martes, 14 de febrero de 2012

Mil días y un sólo gato

Mil días pasados entre el humo que escapa hoy,
entre sentimientos hilvanados entre sus mil lúcidas noches
y mil correspondientes amaneceres.
Sed de días pasados, de días venideros,
de agua salada encerrada en mil nuevos ceniceros,
hambre de agónicos rugidos, de piel, de saliva, de huesos:
mil días sin saberlo.
Mil días, y mil paredes resquebrajadas,
mil tejados, más de mil palabras,
una sóla luna, una sóla luz:
blanca, roja, verde, amarilla, azul.
Mil días, y también un sólo camino,
piedras y hierba:
papeles liados,
papeles grises y manuscritos y rotos y arrugados.
Mil días enredados entre cigarrillos,
mil días de copas de vino rotas y manchadas,
de recoger pedazos de cielo y de alma,
mil días de buscar la forma de recomponer otros mil días.
Mil días y un sólo gato,
una sóla flor, un sólo desastre:
mil días más, bajo el sol, mil días acurrucados.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Mientras se hace de noche

Los peces muertos en la alfombra,
y supongo que los cuervos, y la risa,
los cuentos más antiguos,
que despedazaba cuando era niño,
que emborrono cuando soy adulto.
La prisa y la ausencia,
el lento recorrido de mi lengua por tus piernas,
y el sabor de la nada a simple vista:
los viajes, el humo, las prisas,
el jazmín, las alas rotas, la huida.
Repetir en cada paso el tropiezo,
buscando el pasado y el futuro en el hueco de tus huesos,
tararear inconscientemente poemas ya escritos:
las drogas, los sueños, los rugidos.
Supongo que sí, que los cuervos y la risa,
y resbalar entre la mentira y el perdón,
asfixiándome entre dos colores infinitos dentro del gris de los días,
tratando de convertir los maullidos en líneas no paralelas:
mucho más que un sinfín de medias dosis,
mucho más que tristezas, y mucho más que alegrías.
Supongo que también el tiempo y sus relojes,
sus gritos de alarma y auxilio,
las palabras escritas y las fotografías envejecidas,
un nuevo cuadro para mis vidas:
las pasadas, las venideras, las heridas.
Una melancolía enfebrecida, y un afán de esperar lo esperado,
no tanto de escapar, sino esconderme en los tejados,
y descubrir blanca y sola la luna:
fumar con ella bajo todos los pedazos de cielo en los que hemos llorado.
Recorriendo nuevos y viejos caminos,
del lado de los perros y los lobos,
sin perder nunca de vista los desastres:
los versos que poco a poco amontono,
temblando, en mis manos, hasta que arden.
Y la quemadura es mucho más psíquica que real,
mucho más sexual que mis deseos:
nunca imaginé descubrir qué escondes entre tu pelo,
entre el aullido y el adiós,
entre tu silencio y tu sonrisa,
nunca creí sobrevivir tanto tiempo.

lunes, 6 de febrero de 2012

Maullidos

Los maullidos bajo las sábanas se transformaron en palabras,
y tus ojos me dijeron que no mentías:
había llegado la hora, y estábamos muertos de miedo.
Me obligaste a quererte,
como tantas otras veces que despedazamos el cielo para amoldarlo a nuestros sueños,
esta vez decidí no huir, cerré los ojos y apreté el gatillo:
y diez millones de canciones se convirtieron en nuestros cuerpos,
y diez millones de flores se arremolinaron en nuestros ojos.
Siento que no siento nuestras nuevas preguntas,
y todo no es más que una fugaz cámara lenta esperando el vacío:
y no existe.
No queda miedo, ni susurros, ni dudas,
salvo no reconocerme en el espejo,
rozando tu nueva piel con mis nuevos dedos, cariñosos de encontrarte,
salvo reencontrarme con este perro abandonado buscando un imposible:
ser un buen gato.

sábado, 4 de febrero de 2012

Los días entre el frío y la duda

Hace frío, y la noche se cierne sobre nuestras cabezas,
en un vano intento de cegar lo que somos,
y me aferro a tí,
a tu vida y mi pasado, al tuyo propio,
para descubrir viejas heridas,
para cerrar las nuevas.
Dudo, durante un segundo,
dudo, y no creo que pueda dudar jamás de estos huesos,
de esta piel que ya se confunde con la mía,
de esta manera de ir y venir,
de esta pasión que no se calma con besos.
Hace frío, entre los rayos de sol que nos han alumbrado hoy,
entre las sábanas y las palabras,
dónde he recordado lo que fui hace unos años,
dónde descubro cómo has caminado,
sin saberlo, siempre agarrada a mi mano.
Dudo, dos segundos más,
y la pena y la nada siguen creciendo agigantadas,
pero no me asustan lo más mínimo;
en tus ojos abstractos descubro el poder de tu mirada,
valiente, nítida,
y descubro también mi nueva voz, mi compromiso:
la palabra siempre.
Hace frío, de nuevo, estas noches,
y los días difíciles se convierten en meses verdes,
y el frío se acostumbra a nosotros,
a la luz, la oscuridad, a la risa:
está perdidamente enamorado de la última chica.
Dudo, de mí mismo,
de ser capaz de entender lo que siento,
de amainar este viento,
dudo de preferir la calma a la tempestad:
me siento mejor entre Alicias y conejos.
Hace frío, pero cada vez menos,
y no soporto muchas cosas que creía soportar,
y hago muchas cosas que no creía poder hacer:
hace frío, pero ya nada de eso importa,
estamos trazando una nueva línea al amanecer.
Hace frío, mi vida,
y sé que más tarde hará calor,
sé que nos refugiaremos cada uno en su locura,
en nuestros miedos y obsesiones,
en nuestras penas y recuerdos:
sé que será la única manera de reencontrarnos,
sé que es la mejor manera de querernos.

viernes, 3 de febrero de 2012

Luces - Parte II

Luces, y en mi casa es navidad,
y en tus ojos, y en los míos,
brillan todavía las luciérnagas rojas y amarillas,
verdes y azules:
todavía está grabado nuestro reflejo en el espejo.
Luces, y en mis pupilas sobrevuela todavía tu sonrisa,
la calma y la tempestad,
la brisa marina que entra por mi ventana:
la risa y la carcajada, el aullido, el silencio, nuestra canción.
Luces, y el mundo se detiene esperando,
absorto en nuestra vida, soñando una parecida,
escribiendo nuevos versos,
lamiendo nuestras propias heridas.
Luces, corazón,
luces de cien millones de colores,
y un afán incansable de provocación y búsqueda,
de calidez y sonrisa:
un afán incansable de encontrar futuro en nuestras vidas.
Y ahora mis versos se funden entre la utopía y el sexo,
y no encuentro 54 versos nuevos,
pero tampoco lo intento:
ahora vivo,
ahora vivo y recuerdo.
Y las princesas de mis cuentos no buscan 365 días y 365 noches,
las princesas de mis cuentos, igual que las reales,
añoran lo que no ha pasado,
tienen nostalgia del futuro:
mi casa es un buen lugar para recorrer todo el mundo.
Luces, que me pierdo,
luces de un sueño inacabado, de un despertador oxidado,
luces de mañana de domingo,
luces de encontrar un nuevo y peligroso aullido:
luces, gata, y acción.

Luces

Entro, solo,
y la puerta es una boca ausente y negra esperándome,
apoyado en la barandilla,
tratando de no recordar lo que no debo: mi casa está fría, vacía.
Y cuando vuelvo la mirada, cuando me atrevo a mirar,
hay una luz tenue y pequeñita que parpadea,
cálida, al fondo,
y me imagino mil cosas, mil instantes, mil recuerdos.
Y, aún borracho, mi cabeza no se olvida de mí,
siempre encentra el hielo y la verdad:
me he dejado la luz encendida.
Así que entro, y la apago,
y me siento, y lloro.

jueves, 2 de febrero de 2012

El ruido que no existe

Qué fácil es dejarse la puerta abierta, sentarse en la escalera,
que difícil tratar de recordar dónde acaba, dónde empieza,
cómo distingo mi sangre de la tuya,
cuándo recupero mi triste cordura;
que fácil mantener la mirada fija en silencio hasta que se ríe dentro de mí.
Ese mismo segundo de silencio,
en el que se quiebra algo, en el que se muerde los labios,
ese segundo de silencio mejillas abajo:
si todo está en silencio es porque estamos solos.
No veo la orilla del mar, ni del abismo,
y retuerzo las promesas que hice como si ya no creyera en ellas,
pero son ellas las que no me creen:
no me reconocen, no se acuerdan de mí.
Y este filo incansable y cotidiano, este manojo de pastillas,
las sábanas tiradas en el suelo,
esta vergüenza, este frío,
la duda, la duda y las orquídeas:
la voz perdida entre verdades y aullidos.
No es la manera más fácil, pero es una manera,
y cuando hablo de sexo, hablo de sexo,
y cuando hablo de amor, hablo de amor:
mi gata,
te extraño, te deseo, te quiero.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Lás sábanas tiradas en el suelo

Aquí, este torbellino enmadejado en mis manos, buscando una salida,
aquí mi princesa de cuento encandenada a sus férreas convicciones:
aquí, aquí y ahora,
aquí en esta inquieta manada de leones.
Mantengo aún la fe absoluta que cauteriza en cobre mis heridas,
mi fe en el mundo, pero sobre todo en tí,
en tu sexo abierto llamándome a gritos acuosos y amargos,
en tu boca que acoge mi propio sexo hasta se que corre:
mi fe en todos y cada uno de los versos que susurra Cohen.
Aquí todo lo demás se escurre entre el humo y las lágrimas,
en el punto exacto entre el naufragio y los abrazos:
mi alma de lobo tiritando entre tus labios,
y la bofetada de realidad que supone la canción de la chica de los ojos marrones,
aquí saltamos de la cama al suelo, al cielo,
sabiendo que todo acabará como empezó: lenta y dulcemente.
Busco lamer la calidez del chocolate y la brisa entre tus piernas,
y el tequila y la ginebra que resbalan entre tu cuello hasta tus pezones,
busco lamer tu nuca, y que respires en mi cuello:
busco pisotear, follarme cada uno de tus miedos.
Y aquí, esta palabrería orfebre y esquelética,
de paso fúnebre y tranquilo:
nunca había sido tan feliz, nunca me había reído del olvido,
aquí, tal vez, por una vez,
encuentre lo que siempre había querido.
Las estrellas ya no son estrellas,
ni la luna luna,
todas las canciones hablan de mí mejor que yo mismo,
y un lugar oscuro y mágico me atrapa en sueños,
un mundo en el que no encuentro dónde caerme muerto,
no encuentro la forma de convertir en cristales los recuerdos:
no quiero salir.
Aquí, una vez más,
recorrer el mismo camino rodeado de lobos,
llevando de nuevo tu mano agarrada a la mía,
somos peores que ellos,
ahora los lobos somos nosotros.

jueves, 19 de enero de 2012

Todavía, aún

Todavía soy capaz de cerrar los ojos, de ver la noche, las sombras, incluso las palabras:
desapareciendo, una tras otra, convertidas en más palabras.
Todavía soy capaz de no mentir,
soy capaz de acariciar la luz,
de esperar a que se duerma mi fatiga, mi angustia:
de mantener ojos de gato cuando me los han arrancado,
todavía puedo sonreir, recordarte a mi lado,
escapar a los leones en los entierros, en el circo, en casa.
Todavía me mantengo en pie,
esperando el disparo,
todavía soy capaz de engañar a los cuervos de mi tejado,
haciéndoles creer que estoy vivo,
todavía encuentro sangre en la almohada,
el humo en mis manos,
todavía lloro cuando recuerdo cuál de todos estos es mi sitio.
Todavía espero encontrar mis propias palabras,
recuperarlas del olvido,
todavía creo ciegamente en nuestra casa:
todavía mantengo mi ánimo intacto, mi fe desesperada,
todavía,
siempre que distinga los colores que cercan mi vida.

domingo, 8 de enero de 2012

Domingo

Quiero ser el marco de tu ventana todas las noches,
quiero ser tu silencio, tu cigarro,
quiero ser los dedos que se deslizan vientre abajo.
Quiero ser mucho más de lo que nadie ha sido,
ni será,
quiero poder perderme un poco en el olvido,
para que el reencuentro sea mucho más intenso,
recordando tu cara, tus labios,
quiero hacer todo aquello que quieres,
quiero reir, jugar y soñar.
Quiero quererte bajo el cielo,
y bajo inconclusos techos de madera,
y bailar, abrazados, y susurrarte canciones que me gustan,
que me recuerdan a tí,
quiero ser el marco de tu ventana,
y que seas la barandilla de mi terraza:
quiero creer que el futuro empieza aquí.

martes, 3 de enero de 2012

De esclavitud y de cadenas

Queriéndote como ya no se estila,
sin una gota de decencia,
me casaré contigo
todas la veces
siempre que sea estrictamente necesario.
Porque eres en mi caso
lo que la fe suele ser
para los desesperados:
quizás superstición,
quizás vocación
de suicida incandescente
sin una sin una gota de cordura.

Si pensara menos con la cabeza,
menos con el corazón
y más con la entrepierna:
el triunfo del amor,
en estos tiempos de pena y olvido
el vino y la miseria
devolvieron a mi casa
la flecha arrojada,
la palabra ya dicha,
la oportunidad despeciada:
la vida pasada
que no volverá
y es un hecho.

Te fecundaría
con simple pensamiento de amor,
para algo ha de servir este dolorque siento,
lo siento,
esta pálida tristeza de deseo:
de esclavitud y de cadenas,
no me importa saber quién soy,
si es que soy alguien,
o aprendiz de puta,
o crucigrama sin resolver,
esta pasión de enredadera,
de cumbre o precipicio
de cilicio o mansedumbre.

Si pensara menos con la cabeza,
menos con el corazón
y más con la entrepierna:
el triunfo del amor,
en estos tiempos de pena y olvido
el vino y la miseria
devolvieron a mi casa
la flecha arrojada,
la palabra ya dicha,
la oportunidad despeciada:
la vida pasada
que no volverá
y es un hecho.

Enrique Bunbury