jueves, 1 de marzo de 2012

Marzo

Escribir sin palabras,
hablar sin decir nada,
que los gestos se me pierdan en ganas,
perder todas las batallas.
Beber líquidos transparentes sin más sed que la tuya,
desabrochar los puños de mi camisa blanca,
recorrer la misma maraña de suerte en el alambre,
recordar y recordarte,
buscar una caída exótica para mañana.
Olvidar que no me importa,
oscurecer la llama,
huir de cada lágrima,
pensar, temer, imaginar:
acostarme con esta frialdad que me devora.
Versos, versos, versos,
y canciones que hablan de pérdida y derrota,
cantar con mi voz de perro muerto,
odiar hasta mi propia sombra.

1 comentario:

  1. MARZO NARANJA

    El sol de la tarde deslizarse despacio por los cristales
    pinta las paredes del color de la tarta que comías a solas
    cuando los meses eran más fríos y más cálidos.
    Cuando las horas eran horas y los días, días,
    y no cuchillos ni espirales.
    Ni agujeros ni sinsentidos.

    Marzo naranja extendiéndose como un analgésico,
    verde que te quiero verde, y al fondo las castañuelas,
    y el café y el enrejado de tejados.
    Verde que te quiero verde, y las baldosas de las aceras,
    y las ventanas de las tabernas que dan al paseo,
    y los escaparates de las librerías para niños,
    y los discos antiguos y las colecciones de fotos.
    Y los edificios impolutos y las paredes pintadas,
    y la cima más alta y la vera del mar,
    y el café y el café y el café,
    y las millones de esquinas modernistas e ilustradas.
    Pasteles. Acordeones. Vermú.

    Marzo naranja, extendiéndose desde el día primero.
    Marzo naranja verde. Marzo naranja nuestro.

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