martes, 14 de febrero de 2012

Mil días y un sólo gato

Mil días pasados entre el humo que escapa hoy,
entre sentimientos hilvanados entre sus mil lúcidas noches
y mil correspondientes amaneceres.
Sed de días pasados, de días venideros,
de agua salada encerrada en mil nuevos ceniceros,
hambre de agónicos rugidos, de piel, de saliva, de huesos:
mil días sin saberlo.
Mil días, y mil paredes resquebrajadas,
mil tejados, más de mil palabras,
una sóla luna, una sóla luz:
blanca, roja, verde, amarilla, azul.
Mil días, y también un sólo camino,
piedras y hierba:
papeles liados,
papeles grises y manuscritos y rotos y arrugados.
Mil días enredados entre cigarrillos,
mil días de copas de vino rotas y manchadas,
de recoger pedazos de cielo y de alma,
mil días de buscar la forma de recomponer otros mil días.
Mil días y un sólo gato,
una sóla flor, un sólo desastre:
mil días más, bajo el sol, mil días acurrucados.

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