sábado, 30 de junio de 2012

Una parte de mí

Una parte de mí se despierta cada mañana arrastrándose,
buscando arañar el día, despojándolo de ropa y luz,
para redescubrir los cadáveres, las serpientes,
el reflejo mismo de mis ojos en el espejo:
enrojecidos, insomnes, beatos.
Esa parte de mí se sienta en el suelo y le llora a la luna,
y convierte cada noche y cada fantasma en un mundo,
en mi propio mundo perdido e irreal, que sólo yo toco y siento:
una parte de mí se adueña del todo,
y hace que los lobos sean lobos, y no deseo,
hace que los zorros aparezcan muertos en el suelo,
hace que los gatos... se pierdan en laberintos oscuros e imposibles.
Una parte de mí es tan sólo dolor y vergüenza y miedo,
una parte de mí está clavada muy hondo, muy adentro,
y le prohíbo tu nombre y tus ojos,
le prohíbo atreverse siquiera a mirarte:
tengo que matarla a golpes, deshacerme de ella,
pero esa parte de mí... a veces es lo único que queda.

1 comentario:

  1. Una parte de mi escarba en la arena y rompe los poemas
    en pedazos revueltos sobre la cama.
    Los versos de ayer los traigo retorciéndose,
    culebrean ante tus ojos y tu estómago encogido,
    y te impiden sedar las noches de acurrucarse entre los bichos.
    Una parte de mi se sienta en el suelo y aguarda a tus fantasmas,
    una parte de mi se disculpa arrepentida.
    Cada noche que tiembles, cada noche sin luna,
    una parte de mi se desnudará muy despacio, te susurrará con dulzura.
    La huella de mi cuerpo se hará cuerpo en tu cama,
    y lloraré contigo, esté o no esté,
    del anochecer al alba.
    Una parte de mi siempre serán tus brazos, y las rodillas encogidas,
    una parte de mi será siempre el ancla que te amarre a este mundo,
    una parte de mi siempre será tu sombra. Una parte de mi
    siempre estará contigo.
    Una parte de mi, como todas y cada una de mis partes,
    todos y cada uno de los días,
    siempre será tu vida.

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