viernes, 2 de noviembre de 2012

Cuando te digo que te quiero

Cuando te digo que te quiero el cielo se encoge en mis manos,
buscando expandirse dentro de mí, retorciéndome las tripas;
cuando te maúllo los gatos se pasean intranquilos en sus callejones,
como si no entendieran que te maúllo porque ya no puedo dejar de hacerlo,
y hay un figura casi ausente susurrándome
lo horrible que resulta no encontrarte en cada sueño.
Cuando te digo que te quiero no encuentro las palabras adecuadas,
y las postales que te escribo se me pierden entre la pornografía,
y el traqueteo impasible del tren me lleva siempre a la misma estación:
cariño, aún tengo miedo, te quiero te quiero te quiero.
Porque es verdad que te quiero,
rodeado de este mundo de gatos y tejados,
de perenne oscuridad en cada uno de los rincones que me canso de no mirar,
de vinilos rayados que ya no sé si escuchar o romper o quemar,
de mañanas por la mañana en las que ya no hay trabajo,
y resulta más fácil soñar con el futuro.
Cuando te digo que te quiero me esfuerzo en que te recorra un escalofrío,
para disimular mi propio e incesante temblor,
y existir fuera de mi propio universo hace que tiemble acurrucado,
esforzándome en recorrer el camino,
porque cada día no pasa nada que no haya soñado,
y esa es la única magia, la única verdad, las únicas palabras:
te quiero.

lunes, 29 de octubre de 2012

Te quiero

Esto es un plagio de mí mismo, pero llevo meses queriendo escribir esta entrada. Desde el día que la publiqué disfrazada no he dejado de pensar en ella. Esta eras tú, sin más palabras que las palabras que escribimos, sin más vida que la vida que vivimos. Y este era yo, absolutamente enamorado.

Esto es lo que debería haber sido, lo que es hoy y lo que será mi vida. Mi declaración de amor falsa hoy es un poquito más sincera, pero... la idea es imperturbablemente la misma: sus tres últimas frases.


Te quiero porque ayer me puse zapatillas de diferentes colores, y te habrías reído. Te quiero por tu pelo corto y marrón. Te quiero por las cenas, por el cigarro de las diez y media. Te quiero por luchar hasta que no quedan fuerzas. Te quiero por rendirte tan pronto. Te quiero bajo todas las formas posibles, en la sorpresa y la enfermedad, en el trabajo. Te quiero perder de vista, sólo para reencontrarte. Te quiero. Te quiero por enfadarte y llevarme la contraria, por discutir conmigo. Te quiero por provocar, por emocionarte e indignarte, por la vuelta del viaje y la ruleta rusa. Te quiero por abrir camino, por las canciones, por las películas. Te quiero porque escucho tu voz cuando escribes. Te quiero porque el saludo inconsciente se ha convertido en una tara. Te quiero cuando te avergüenzas de mí, y te quiero aún más cuando me avergüenzo yo de ti. Te quiero. Te quiero cuando miras mi guitarra y piensas "¿por qué?". Te quiero, y te diría "por si acaso te escribo una canción". Te quiero por obsesión, por inalcanzable, por alcanzada. Te quiero por hacer la cama, y por las ganas de deshacerla. Por los desayunos sin hambre, y las comidas a deshoras. Te quiero por aparecer de vez en cuando, haciéndome la vida un poco más fácil. Te quiero porque juré que siempre lo haría. Te quiero porque prometí que no lo haría. Te quiero por mentirme, por llorar, por la cara que pusiste al reencontrarnos. Te quiero porque te gustan R.E.M. y el Joker. Te quiero porque fuiste la primera, y seguramente la última. Te quiero por negarte. Te quiero por decir que sí. Te quiero. Te quiero cuando duermes, cuando dormías. Te quiero porque cocinas, por burlarte de mí cuando cocino. Te quiero por pervertida, por la luz y la oscuridad. Te quiero por no tener miedo a nada. Te quiero por olvidarte de las cosas importantes, y recordar los pequeños detalles. Te quiero por tu falda, por la forma de sentarte, por tus zapatillas desgastadas. Te quiero. Te quiero. Te quiero.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Todo es culpa mía

Todo es culpa mía,
las ideas buenas, las geniales, las horribles;
las palabras mal escogidas,
el tropiezo, el peor momento.
Todo es culpa mía,
las cosas que hago sin pensar,
las cosas a las que doy mil vueltas,
las cosas que no hago.
Todo es culpa mía,
desde la palabra al abrazo,
las terrazas a las que me asomo
y las bofetadas que me rompen los besos.
Todo es culpa mía,
los recuerdos que me guardo y me queman,
los milagros que dejo escapar,
la vida cada día.
Todo es culpa mía,
y no consigo deshacerme de ella,
y me pudre los sueños y las noches,
y te hace llorar algunos días.
Todo es culpa mía,
y jamás dejaré de pensarlo.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Abrázame

Cuando la copa de los sueños está vacía
y miles de abejas jugando
en las tripas me roban las noches.
No me dejes solo que ahora soy tan pequeño
y cuando despierto de una pesadilla nada cambia
todo sigue igual.
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más.
Abrázame, abrázame...
Como una noche de invierno en Noruega
un manto de escarcha,
un corazon desnudo, tortura de vida.
No me dejes solo que ahora soy tan pequeño
y cuando despierto de una pesadilla nada cambia
todo sigue igual.
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más.
Abrázame, abrázame...

Doctor Deseo
Abrázame

miércoles, 25 de julio de 2012

Miedo

El miedo es la palabra,
la duda enroscada en mi garganta:
el miedo a lo que dices y a lo que callas.
El miedo y tan sólo bajar la mirada,
el miedo de los demás ojos, de las lágrimas:
el miedo que corroe mis entrañas.
El miedo ante cada nuevo camino,
ante tan sólo el destino:
el miedo de perderme en el olvido.
El miedo que ya no lleva a nada,
a volver la vista atrás:
a descubrir más miedo en más palabras.
El miedo a cada noche y cada nueva mañana,
el miedo que se retuerce en mi almohada:
la misma pesadilla de madrugada.
El miedo al silencio,
a la conversación,
el miedo a la espera,
el miedo al final.

martes, 17 de julio de 2012

Mi vida en tu vida

Quiero que conviertas mi vida en tu vida,
y que transformes mis días en tus días,
tus noches en mis noches,
quiero encontrar mi camino en tus huellas,
y que tus huellas se mezclen con las mías.
Quiero que conviertas mi vida en tu vida,
y que el mundo se pare a escucharnos respirar,
quiero que todas las camas sean nuestras,
que todas las sonrisas sean tuyas,
y que mi sonrisa salga con la tuya a pasear.
Quiero que conviertas mi vida en tu vida,
y estar en cada lugar en el que has estado,
y oler cada flor que hayas olido,
quiero encontrar la manera de agarrar tu mano,
quiero besarte, perderme contigo.

domingo, 8 de julio de 2012

El mundo

El mundo es de los gatos, me dijo, sonriendo, mientras se iba;
y lo dibujó en tiza amarilla y blanca:
yo lloré, y le dije lo orgulloso que me sentía,
lo mucho que la echaría de menos, lo mucho que la quería.
El mundo es de los gatos, me dijo,
y siento rabia, pero sobretodo pena, de que seamos el enemigo,
y siento rabia, pero sobretodo pena, de no seguir peleando juntos.
Ahora repaso con los dedos sus huellas,
sus últimos nombres escritos a bolígrafo,
sus últimos dibujos y notas, sus últimas canciones, sus pasos,
el sonido de su sonrisa.
El mundo es de los gatos, me dijo, y la creí sobre todas las cosas,
como cuando dice que me quiere y me desea,
como cuando dice que jamás estoy solo:
mañana la vida pierde parte de su sentido,
para reencontrarlo de mil maneras distintas.
El mundo es de los gatos, y maúllan cuando escuchan tu nombre,
y yo ardo, sonrío, sueño, escribo,
el mundo es de los gatos,
y aunque a veces me odia, está aprendiendo a quererme.
El mundo es de los gatos, me dijo, mientras me besaba en el puente,
sobre el río y las leyendas, y las fotografías cobrando vida,
el mundo es de los gatos como tú y como yo,
volviéndonos cien animales distintos para cada ocasión:
durmiendo a tu lado, el mundo es nuestro.