miércoles, 29 de febrero de 2012

Conciencia

Bajo el fuego,
bajo el incansable rugido de la desesperación,
mil lágrimas de acero,
mil noches lamiendo nuestros miedos.
Y una nueva carroza plateada,
un nuevo episodio incompleto:
llegar a casa, respirar, bajar la mirada.
Bajo las estrellas,
un ritual nocturno,
desgarrar hilo a hilo esta miserable razón,
ir perdiendo la música,
correr, huir, tropezar, caer:
i just believe in me,
yoko and me.
Bajo este aliento derribado en sueños,
y la oscuridad que se revuelve en nuestros ojos pudriéndose a la luz,
bajo estes tristes y torpes versos:
je t ' aime moi non plus.
Bajo estes techos de madera que hoy sí he acabado,
bajo esta barandilla sujeta al abismo,
bajo este febrero encharcado en sangre y enfermedad:
bajo todo esto me levanto cada día,
tan sólo para entender,
tan sólo para vivir, contigo, mi vida.

1 comentario:

  1. Los ojos felinos inundando en diamantes toda la pantalla.
    Mi vida que se desliza ante mi vida, con periodicidad
    y alevosía a intervalos de ciento sesenta y ocho horas.
    Las risas como sonido ambiente,
    el chillido en mi interior.
    Girando a cuarenta y cinco revoluciones me convierto
    en mi propia bailarina de caja de música,
    en mi propio reflejo en una cinta caduca,
    en mi propio yo moviéndome lento frente al cristal que se abre a nuestro mundo.

    Al igual que soy la ascensorista, y la desquiciada,
    soy la puta de Babilonia.
    Intento desconsoladamente borrarme ese nombre
    pero me persigue insaciable.

    Y el gato se moja y maúlla bajo el torrente de lluvia,
    y me resbala por el pelo, por la cara y las manos,
    me empapa, me embriaga y me congela.

    Y habla del miedo al miedo y del huir como camino
    en el que encontrarse.
    Habla del miedo al miedo y de estar solo y perdido.
    Siguen las risas y me atraviesa un cuchillo.
    Dice pintar los días de rojo y yo me pierdo en la certeza.

    Me huelen a cereza las manos y tengo el alma cosida a puñaladas.
    En el buzón siempre hay cartas amargas de color amarillento.
    Pasan las horas, escribo poesía.
    Siento que muero.
    Fundido a negro y de repente es de noche.
    Siento que muero.
    Escribo poesía.

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