miércoles, 1 de agosto de 2012

Abrázame

Cuando la copa de los sueños está vacía
y miles de abejas jugando
en las tripas me roban las noches.
No me dejes solo que ahora soy tan pequeño
y cuando despierto de una pesadilla nada cambia
todo sigue igual.
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más.
Abrázame, abrázame...
Como una noche de invierno en Noruega
un manto de escarcha,
un corazon desnudo, tortura de vida.
No me dejes solo que ahora soy tan pequeño
y cuando despierto de una pesadilla nada cambia
todo sigue igual.
Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más.
Abrázame, abrázame...

Doctor Deseo
Abrázame

1 comentario:

  1. Las noches en las que canta Enrique18 de septiembre de 2012, 15:14

    Hoy canta para mi Enrique una canción triste,
    para consolar mi rincón anclado entre el mundo y el frío
    en esta tranquila noche de pena.

    Hoy canta para mi Enrique,
    para que me duerma,
    mientras tus dedos bailan con los naipes,
    y a mi buzón llegan sombras
    dibujadas en postales que recuerdo de forma vívida.

    Hoy suenan para mi acordes envueltos
    en el gris que resulta de destilar los días.

    Y me recuesto en mi espiral al hacerse humo,
    y el humo se expande en mi interior, y me intoxica.
    Y no me siento sola, ni vacía, ni desesperada ni vencida.
    Pero la noche se hace más y más negra, se hace mi noche
    más y más sombría.

    Entre la añoranza y culpa me balanceo.

    Y antes de acurrucarme y que me asalte el recuerdo
    doy de comer de mi carne a las culebras
    en las que he convertido los versos que robé
    a los días más rojos que los del calendario escondido.
    Las cartas pasadas a las que ni temo ni me avergüenzan
    son mi historia proscrita,
    serían lo último que quemaría en mi hoguera,

    Háblame, dices. Pero en las noches como esta noche
    mientras canta Enrique
    sólo hablarte puedo retorcida en poemas.
    Háblame, dices. Pero en las noches como ésta
    es la verdad la que me arranca la lengua.
    Háblame, dices. Pero en las noches en las que canta Enrique
    no puedo evitar morirme de pena.

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