martes, 28 de junio de 2011

Vacaciones, día 4 - Parte IV - 23:47

Se acaba el día, y lamento no estar más atento a lo que sucede a mi alrededor. Se me escapan detalles, y la palabra escrita no consigue reflejar del todo lo que trato de decir, y mucho menos la forma en la que quiero decirlo.

A todo esto le falta mi risa nerviosa, mi mirada esquiva, algún comentario sin gracia, dos o tres pasos indecisos, mis manos en los bolsillos, mi duda, el tratar de peinar lo impeinable..... supongo que también los silencios incómodos.

Todo esto viene a cuento de que no se me dan bien muchas cosas, pero puedo disimularlo.

Puedo escuchar en silencio, y mirar a los ojos. Puedo sentirme aturdido y desconcertado, y parecer tan tranquilo y sereno como quieras que lo parezca. Puedo creer cualquier mentira que quieras contarme, y esperar a que se acabe el mundo, si quieres sentarte y esperar conmigo.

Lo que no puedo es estar tranquilo con esa forma tan inequívoca de esquivar las balas.

Puede que no sea la persona que creo ser, pero no dejaré que dudes si soy la persona  en la que siempre podrás confiar, pase lo que pase.

Así que, como decía al principio, toda esta palabra escrita no vale de nada; pero por lo menos podrás leerlo.

3 comentarios:

  1. has dado el primer gran paso de tu vida: para conocer a los demás primero hay que conocerse a uno mismo...sigue así, vas por buen camino

    un saludo!!!

    ResponderEliminar
  2. Me conozco demasiado bien, sólo trato de que me conozcan mejor

    ResponderEliminar
  3. Hay dias en los que me puede el mundo. Me aplasta, me aprisiona, me vence. Y sólo me sale llorar. Entiendo que es incómodo.

    Porque yo tampoco sé nunca qué decir cuando los demás lloran.

    Anoche, leyendo tu reflexión, no pude sino sonreir. Porque la entiendo. Porque en gran medida me identifica. La mirada esquiva, la indecisión, el peinar lo impeinable... :)

    Y dejé de llorar, porque dejabas escrito algo más importante que el porqué de mis lágrimas.

    ResponderEliminar