martes, 21 de junio de 2011

006


Ella me hace enloquecer,
ella, que se me escapa del aire, de la aguja, de mis venas.
Ella, mi ángel, mi camino,
la electricidad estallando en hadas y oscuridad,
la necesidad en mi cuarto.
Ella, esta crisis afilada contra la piedra,
agua turbia y ensangrentada,
la palabra prohibida, que me golpea una y otra vez la cabeza.
Ella, mi luna esquizofrénica en una esquina,
mi gata en la carretera.
Ella es mi paso fúnebre a cámara lenta,
mi mundo y mi tiempo asesinados,
mi secreto.
Ella sonrió dulcemente,
me llevó de la mano al borde del abismo,
la mayor parte del tiempo desearía haber saltado.

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