martes, 21 de junio de 2011

007


Ya no te quiero,
ya no me obsesiono con el suelo que pisas descalza,
no sigo el rastro de tus piernas de nácar y bruma,
no sueño con tus ojos irlandeses.
Todavía nos recuerdo fumando sentados en el muro,
nuestro viaje ascendente en el azul,
como dos gatos completamente locos y solos,
a merced de la lluvia y el huracán.
Ya no te quiero,
pero todavía acaricio con mi alma de niño los pliegues de tu falda,
todavía arrastro mis pies de monstruo por este sucio barro humano,
pero tu piel ya no es más que otra piel en la que escarbo buscando razones.
Aún me paseo por el alambre eléctrico de tus ojos,
buscando sexo en nuestra almohada;
nuestra vida es un paraíso en guerra,
palmeras y escombros, pisos abandonados.
Ya no te quiero,
pero ni quiero ni sé olvidarte.

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