domingo, 10 de julio de 2011

Vacaciones, día 17

Te quiero.

Te quiero porque ahora me odias. Te quiero porque ayer me puse zapatillas de diferentes colores, y te habrías reído. Te quiero por tu pelo largo rubio corto y marrón. Te quiero por las cenas, por el cigarro a las seis de la mañana, por el de las diez y media. Te quiero por bailar, por luchar hasta que no quedan fuerzas. Te quiero por rendirte tan pronto. Te quiero porque odiabas mi bigote, pero sonreiste y me besaste. Te quiero por no hacerlo ahora. Te quiero bajo todas las formas posibles, en la sorpresa y la enfermedad, en el trabajo. Te quiero perder de vista, sólo para reencontrarte. Te quiero. Te quiero por enfadarte y llevarme la contraria, por discutir conmigo. Te quiero por provocar, por emocionarte e indignarte, por la vuelta del viaje y la ruleta rusa. Te quiero por abrir camino, por las canciones, por las películas, por los peluches. Te quiero porque ya nunca me llamas, y se me olvida tu voz. Te quiero porque la escucho cuando escribes. Te quiero porque el saludo inconsciente se ha convertido en una tara. Te quiero cuando te avergüenzas de mí, y te quiero aún mas cuando me avergüenzo yo de tí. Te quiero. Te quiero cuando miras mi guitarra y piensas "¿por qué?". Te quiero, y te diría "por si acaso te escribo una canción". Te quiero por obsesión, por inalcanzable, por alcanzada y perdida. Te quiero por hacer la cama, y por las ganas de deshacerla. Por los desayunos sin hambre, y las comidas a deshoras. Te quiero por aparecer de vez en cuando, haciéndome la vida un poco más fácil. Te quiero por hacerla tan difícil los demás días. Te quiero porque juré que siempre lo haría. Te quiero porque prometí que no lo haría. Te quiero por mentirme, por llorar, por la cara que pusiste al reencontrarnos. Te quiero por haber venido aquel día, y decir que no lo harías más. Te quiero porque no lo has hecho, cumpliendo tu promesa. Te quiero porque te gustan R.E.M. y el Joker. Te quiero porque lloraste al escuchar "Ella me dijo que no", de Bunbury. Te quiero por el mensaje de Navidad, tan prefabricado y estúpido. Te quiero tanto que no te respondí. Te quiero porque fuíste la primera, y seguramente la última. Te quiero por negarte. Te quiero por decir que sí. Te quiero. Te quiero cuando duermes, cuando dormías. Te quiero porque cocinas, por burlarte de mí cuando cocino. Te quiero por pervertida, por la luz y la oscuridad. Te quiero por no tener miedo a nada. Te quiero por olvidarte de las cosas importantes, y recordar los pequeños detalles. Te quiero por tu falda, por la forma de sentarte, por tus zapatillas desgastadas. Te quiero. Te quiero. Te quiero

No hay comentarios:

Publicar un comentario