Desde ayer no controlo mis actos, sólo los provoco,
esta electricidad que recorre mi piel no me pertenece,
así como los besos que no he dado, y las palabras muertas.
Cada sensación dispara un acto nuevo de deslealtad,
de lealtad mal entendida, y temo sobrepasar el límite,
temo perderme de nuevo, y reencontrar los lobos.
Aún pienso en mí en el destierro, olvidando mi vuelta a la vida,
y los quehaceres mundanos de esta devuelta realidad me sobrepasan,
por eso ruego que me creas si digo lo siento, perdóname.
No es nada de nada,
sólo soy yo.
"Sólo lo que eres tú, no lo es nadie".
ResponderEliminarEsas nueve palabras y esa coma te pertenecen, por derecho propio.
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