miércoles, 3 de agosto de 2011

Palabras vacías

Ahora que hay ratas en el tejado y han pintado de blanco estos muros,
los agujeros de bala de la pared están llenos de azufre y horas:
busco los lametones oscilantes de la llama a la vela.
Arranco los últimos estertores de una dignidad alcohólica y ciega,
sentimientos vacíos manufacturados en cerillas hambrientas de fuego,
y las praderas ardiendo bajo tu mirada y tus lágrimas.
Este vomitar de dibujos sonrientes y sus almas,
la mueca, la broma, el atentado, la noche;
ahora que ya no estás aquí, y yo tampoco:
me siento como si ya no me importaras,
y mis cuervos se pelean por tus huesos, oscureciendo el sol.
No alcanzo a ver si te importo lo suficiente,
o si tus cuervos están hambrientos de mis ojos:
quizás yo esté hambriento del sonido de tus alas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario