jueves, 6 de octubre de 2011

These days

Hoy, por la mañana, un monstruo enorme me aguardaba en el pasillo,
y tuve que matarlo;
la ducha no limpió mis ideas ni mi dicción,
y el resto de la mañana fue un desafío a la lógica.
La última hora patiné en dos ideas esperanzadoras,
la comida estuvo riquísima, y el postre:
y me morí un poco,
y me ví como hacía años que no me veía: real.
Escapé, y la tarde transcurrió sola,
entre conversaciones de relleno y risas enlatadas,
y aún me sentía muerto.
Recogí un cuadro, una orquídea, y los regalé,
y encontré dos discos de vinilo más:
ahora ceno a media luz tarta de ausencia y naranja.
Fallé el tiro, a eso me refiero,
falté a mi palabra:
nunca volverá a pasar,
tengo dos copias de las malditas llaves de mi casa.

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