jueves, 13 de octubre de 2011

Las tres formas de encarar octubre

Cristales y sellos, el ruido al caer en vacío,
al posar el vaso, el cenicero, el suspiro,
y todas las miradas de reojo, fijamente,
llevan al mismo lugar: la sonrisa,
a la estupidez independiente, la fe del incrédulo.
La nueva canción que suena una y otra vez,
al amanecer y al anochecer,
como todas las cosas que no entiendo,
y no me esfuerzo en comprender:
ahora me dedico a respirar,
a vivir como si cada día fuera el primero,
nunca el último, no, nunca, jamás.
Últimamente todo tiene una segunda oportunidad,
y el esfuerzo compensa el trabajo,
la comida, los sueños, las escaleras:
lloran cuando bajo por ellas,
esperan silenciosas mi llegada.
Y el alcohol nubla parte de todo esto,
probablemente agigantando mi sonrisa y mi buen humor:
perdón por ello, perdón por todo,
pero ahora vivo yo.

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