miércoles, 12 de octubre de 2011

Los días festivos

Me despierta el despertador, tarde, y me sobrevuela el sonido de fuegos artificiales sin luz, como disparos al cielo. Últimamente no me fío de mí, y pongo un disco con canciones en francés, y veo anuncios. El festivo tiene pinta de querer largarse lo antes posible, sin dejar huella, para dejar paso de nuevo a la noche y al despertador.

Me siento a fumar, sólo, y busco desesperadamente reencontrarme conmigo mismo en la noche de ayer, feliz, para tratar de avanzar y encarar los días que me quedan. Recuerdo palabras y razones, y cervezas. Y me río recordando situaciones extrañas, y situaciones límite. Y lloraría si no fuera capaz de hacerlo.

Alguien me dijo una vez que el mundo nos aprisiona y se nos viene encima, que sólo nos sale llorar. Yo me encierro en un agujero horrible, donde lo convierto en un lugar aún peor.

Ahora ya no puedo, no me creo nada de lo que digo. Sé que siempre habrá una palabra esperándome, una sonrisa extraña e independiente, un nuevo día.

Aunque no sea festivo.

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