Qué poquito real parece ahora todo esto.
Qué inútiles todas las palabras que tratan de explicar lo que siento.
Qué vergüenza haber reducido todo a este cuadrado abierto al mundo.
Qué camino tan estrecho.
Qué desastre de inútiles intentos.
Que extraña manera de decir te quiero.
Qué poco significa eso.
Qué miserable pérdida.
Qué ganas del siguiente día.
Qué corazón con sabor a despedida, qué realidad amarga, qué de días.
Qué dormir sin dormir, comer sin hambre, moverse.
Tan sólo existir.
Me conformo con eso.
Eso es mi vida.
Anabel Bel Bel ...Carraspeo... Por fin. Ha llegado el día. Hoy: critico. Me alegra ver de nuevo una notificación con la cara del payaso, que enlaza a una historia. Pero no me gusta el poema. Me da pena el modo en el que usas poquito en el primer verso, con lo bonita que es esa palabra. Pese a que me gustan las diéresis, me encoje vergüenza. Y miserable. Me gusta el quinto verso. Y el que más: "Qué dormir sin dormir, comer sin hambre, moverse.". Pero no me gusta el final, y eso es extraño.
ResponderEliminarY no hay versos porque la vida nos columpia, nos balancea, nos arrastra. Y no hay versos porque a los días no les quedan segundos para construirlos. Y no hay versos porque son versos todas las palabras que nos escupimos a los ojos y a la boca. Y te echo de menos.
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