domingo, 15 de mayo de 2011

Luz

Abro los ojos, y respiro un poco más. Busco en la blancura de tus huesos, en la línea del horizonte de tu piel, todavía somnolienta; busco tras la maraña de rizos dorados que hay sobre la almohada: hoy busco tus ojos, sin importarme mucho lo que pueda suceder, sólo por la gracia de encontrarlos. Alejarme unos centímetros, ver cómo respiras suavemente en sueños, sin apenas hacer ruido.

Que se vaya el mundo a la mierda. Esto es lo único que importa.

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