martes, 26 de abril de 2011

Tiempo

Hace ya varios días, varios intentos fallidos, varios tragos. Querría escribir, explicar, qué está pasando. Cómo ha podido suceder. Por qué me han atrapado de nuevo.

De dónde ha regresado esta ira, este hastío. Las ganas de destrozarlo todo, sólo por verlo destrozado. Esta cruel y lujuriosa desesperación. Este disparo fallido.

                                              "Y hubo tanto ruido, que al final llegó el final"
                                                              Joaquín Sabina

viernes, 22 de abril de 2011

En mi guarida

Hoy, otra vez, a oscuras en mi guarida, me asomo al vacío desde la sensatez de mi terraza en un quinto piso. Noto como la fría brisa del anochecer me envuelve, me acaricia, me susurra que me acueste con ella. Yo le sonrío, y le digo que no, que gracias. Acabo el cigarro y vuelvo adentro, donde una melodía suena desde un rincón, y cientos de imágenes, salidas de una enfebrecida y alcohólica noche, forman un collage de mentiras y sueños y deseos alienados.

Todo este silencio absurdo, y esta tensa espera no me benefician lo más mínimo, y busco la estúpida aprobación de dioses desconocidos. Como si ellos fueran a darme algo que no te he pedido a tí. Es mucho más fácil, mucho más triste, mucho más enfermizo.

Es mucho más ofensivo tenerte atada a mi cama, esperando.

La resaca

Hoy, el día después, se hace difícil respirar. Me cuesta más de lo normal abrir los ojos, escuchar, darme cuenta de las cosas que pasan a mi alrededor. Y me siento más libre, más decidido. No hay vuelta atrás.

Sólo dejo que pasen los minutos, tirado en la cama, saboreando cada calada del cigarrillo mientras imagino el siguiente paso a no dar. Repaso una y otra vez cada palabra, buscando cualquier acierto para tratar de no repetirlo, y recordando cada error como si fuera el último.

Sólo se trata de ir a contracorriente, al revés, sin dudar jamás.

martes, 19 de abril de 2011

Hoy, esperando el mañana

Hoy, esperando el mañana, he rescatado dos poemas, que cuentan ya con algunos años, y es divertido descubrir en ellos a viejas amigas, y a los fantasmas. Es triste ver los pasos que nunca he dado, y a dónde esos pasos me han llevado.

Del primero, Como un dios, sigo enamorado de su última frase. Es la única que podría darle sentido a todo lo anterior, y me siento extrañamente orgulloso de haberlo escrito inconscientemente, improvisando, con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva.
Del segundo, Frío, decir que se gestó en la mesa de un bar, rodeado de gente y completamente solo. El resto viene a ser lo mismo de siempre, aunque está dedicado a alguien muy real, que acabaría perdiéndose de vista.

Todo esto viene a cuento del mañana; y de cómo me siento más cómodo en terreno conocido, en antiguas obsesiones, que en las nuevas.

Hay algo que todavía puedo tocar en esos poemas, y, aunque no son todo lo que esperaba de ellos, y aunque no se parecen en nada a lo que realmente busco al escupir todas las atrocidades que escribo, todavía puedo sentir lo vivo que me sentía cuando los escribí. Lo muerto que me siento ahora.

Frío

Como una partícula flotando en el vacío,
hasta perderse de vista en el limbo del olvido.
Como seis personas distintas, copas y cervezas,
un repelente silencio alrededor de una mesa.
Como un amor guerrillero,
como una fuga de prisión,
como la belleza y el sexo.
Un poderoso recuerdo.
Y te me apareces siempre en sueños,
y sueño siempre que te beso,
y beso a beso se me escapa la vida,
una vida que no me atrevo a ofrecerte.
Una vida inmerecida.
Una vida mal vivida.
Una vida sin futuro.
Una vida que ya no es ni mía.
Un pétalo gris opaco del cielo,
una ola blanca que no sabe dónde acabar,
un maremoto de tierra y viento,
una tristeza, una agonía, una soledad
tan grande, espesa e innombrable
que ya no tiene alma que devorar.
Un silencio pobre y ennegrecido,
un día a día sin sentido,
el más oscuro y triste cuento de hadas.
Un vago y enfermo alarido,
un interés ya ciego por ver cómo acaba,
un amor que no encuentra el mañana.

Como un dios

Extrañamente extraña
la última palabra rota,
soporífera estrella vidente
sin dirección a casa.
Corceles en el barranco sin fondo,
atroz es la luz que brota del cielo,
cada muerto se tambalea
y las paredes caen una a una,
como fichas del dominó.
Sin prisa, van llegando
los truenos y el eco de tu voz,
como un dios eterno y furioso,
como un dios pálido y centelleante,
mas a veces como un dios
suplicante y misericordioso.
Pero siempre como un dios.

lunes, 18 de abril de 2011

Noviembre


Una recomendación para los días sin fe. Para no olvidar nunca nuestros ideales.

No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde,
como todos los jóvenes yo vine
a llevarme la vida por delante.
Como todos los jóvenes yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos,
envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma,
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Jaime Gil de Biedma

domingo, 17 de abril de 2011

Sólo la verdad, por una vez

Me gustaría hablar con toda la sinceridad de la que soy capaz; para desquitarme de todas las veces que me he jurado a mí mismo que te lo diría a la cara; por todas las veces que me he jurado a mí mismo que si volvía a verte, a encontrarte, te lo diría.

Porque una vez asumida la derrota, ésta ya no tiene valor: ¿qué me importa que me rechaces si no te tengo, qué diferencia hay?. Y si no me rechazas, ¿qué haría contigo?, ¿cómo asumir que quieres estar a mi lado?.

Depués de meses repasando una y otra vez todo lo que podría decirte, lo único que conseguí fue odiarme a mí mismo.

Aún me acuerdo de la primera vez que te ví, por una simple casualidad, haciendo una visita. Recuerdo cómo me sentí: no podía ni apartar la mirada, ni respirar. Tardé dos días en recuperar  mi trabajo, sólo para poder verte y conocerte. Olvidé todo cuanto me importaba sólo para verte tres horas al día e intercambiar un estúpido saludo, un cruce casual en un pasillo, unas caladas a las 6 de la mañana, yo que no puedo ni fumar sin pasarme el día tosiendo.

Seis meses que se pasaron tan rápido que no lo quiero ni pensar.  Hablé contigo muchas veces, fui a una cena, a la que tuve que llegar tarde y borracho para atreverme a presentarme, hice tantas y tantas estupideces que creí que jamás me tomarían en serio otra vez, descubrí cosas de tí que sólo hacían que valiera aún más la pena saltar al vacío; pero llegó el último día y me fuí. Volví muchas veces, y había gente que sabía por qué.

Aún hoy es el día que vuelvo para saber si aún estás allí, si te han vuelto a cambiar de zona y de uniforme, si estás de mañana o de tarde. Para saber si ha llegado el día en que ya no estés, y no vuelva a encontrarte.

Y no vuelva a verte.

jueves, 14 de abril de 2011

Feliz Aniversario

En el camino

             " Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida, mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas. "

                                                   En el camino
                                                   Jack Kerouac

martes, 12 de abril de 2011

El delicado sonido de sus alas

Como cada vez que te encuentro, o que sueño contigo, el sonido de tus alas, el brillo de tus ojos, ensordece todo este mundanal ruido, ilumina toda esta vacía oscuridad.

Un poquito de amor en tiempos de guerra.

lunes, 11 de abril de 2011

Enrique Bunbury, Gran Teatre del Liceu, Barcelona 10/12/2010


                       Es Hora De Hablar - Enrique Bunbury


Hay un lugar mágico, donde las palabras exactas dicen lo que llevas toda la vida pensando, donde miles de almas gritan lo más fuerte que pueden lo mismo que tú y donde todas ellas son libres durante unas horas. Un lugar que aparece en diferentes países y fechas, pero siempre con una misma constante:  Enrique.
Este vídeo es la prueba de que ese lugar existe.
Es el lugar de dónde no pienso volver jamás.

Nuevo álbum

Es abril, y el tiempo oscila entre soleado, nublado o directamente sucio.

12 poemas nuevos, escritos desde la más furiosa libertad, en castellano y en gallego, que hablan de todo lo que te hice, de todo lo que me hiciste, de todo lo que hicimos y de todo lo que podríamos haber hecho.

12 poemas sin nombre, escritos con la única y vaga intención de soprender, de asquear, de excitar. De provocar.

Facebook ha adelantado reacciones, a la gente no le gusta el mezclar a Dios y el sexo. Yo lo tengo claro:

          Dios no existe.
          Dios no existe porque mata a la gente.
          Dios no existe porque mata niños y permite que los violen.
          Dios no existe porque mata a los padres y a los hermanos.
          Dios no existe porque no todos somos iguales y nos marginan por ello.
          Dios no existe.
          Dios no existe porque ella no me quiere.
          Dios no existe porque existe el dinero y eso nos pone precio.
          Dios no existe porque existe el hambre, la guerra y la enfermedad.
          Dios no existe porque la vida es una mierda.
          Y si Dios existe,
          puede sentirse avergonzado por todo lo que ha creado.

Este es de los antiguos y comedidos.

La Mala Rodriguez

Vinilos


Nueva obsesión: los vinilos.

Hace un par de meses decidí comenzar mi propia colección de LPs en vinilo. Compré el mueble de IKEA, que tiene las medidas exactas para almacenarlos, y, entre EBAY y la tienda FNAC de A Coruña, me dedico a aprovisionarme con todo lo indispensable (Sabina, The Who, Simon & Garfunkel, AC/DC, Duncan Dhu, Bob Dylan, Gainsbourg y un largo etcétera).

Ahora me falta encontrar a la chica.